Como ya sabrás, hace años se cambió la normativa que regulaba el etiquetado del jamón ibérico, y de sus diferentes tipos, con la finalidad de crear un sistema de identificación que certifique el sistema de elaboración del productor y garantice al consumidor, una total honestidad en el producto que compra.

Todos los jamones y paletas contienen dicha información en el precinto, una brida de plástica distintiva que veras en todos los jamones regulados y, además, corroboran esta información en la etiqueta o vitola. 

Toda etiqueta debe contener: 

  • El tipo de producto: Jamón o Paletilla.
  • El tipo de alimentación: Bellota, Cebo de campo o Cebo. 
  • El grado de pureza: 100% ibérico (animales puros) o ibérico (que engloba a todos los animales con un 50% o un 75% de raza ibérica)
  • El nombre de la empresa que ha elaborado la certificación. 

Esta información la tenemos que contrastar con la que consta en el precinto, que, además, se diferenciará por colores, a saber:

  • Precinto Negro: Bellota 100% ibérico. (Los famosos Pata Negra).
  • Precinto Rojo: Bellota ibérico. (Especificando si es: 75% Raza ibérica o 50% Raza ibérica).
  • Precinto Verde: Cebo de Campo 100% ibérico o Cebo de Campo ibérico. (Especificando si es 75% Raza ibérica o 50% Raza ibérica).
  • Precinto Blanco: Cebo 100% ibérico o Cebo ibérico. (Especificando si es 75% Raza ibérica o 50% Raza ibérica).

Como hemos comentado, estas medidas de control se tomaron para impulsar la raza ibérica y la calidad de sus productos, así como también para garantizar al consumidor que el producto que va a comprar se corresponde con la calidad adecuada a su rango. 

Así que ya lo sabes, un jamón sin etiquetas es un jamón sospechoso.

¡Nos vemos en el próximo post!