Seguramente, es algo que te hayas preguntado alguna vez. Y es que, si eres observador habrás apreciado que el precio del jamón ha ido subiendo progresivamente durante estos años. A nosotros, como ya sabes, nos encanta, así como también le encanta a la mayoría de los españoles, porque forma parte de nuestra gastronomía más tradicional, a la que estamos acostumbrados. Pero también ha ido ganando adeptos fuera de nuestras fronteras, y esto hace que la producción, que es limitada, tenga que adaptarse a una demanda, cada vez más elevada. A continuación, te contamos cuáles son los factores decisivos para fijar el precio del jamón ibérico.
- La oferta es limitada: Empecemos por los datos. La producción de patas y paletillas de jamón ibérico se reduce a 850.000 cerdos al año, y a esto, hay que sumarle el proceso de curación de 36 meses, que no puede acortarse bajo ninguna circunstancia. Sabemos que esto es así, porque desde que entró en vigor la Ley Cañete, la normativa obliga a precintar los jamones indicando, el tiempo de curación y si son de bellota o no, con lo cual, cuando vemos dicho precinto en un jamón, sabemos que estamos hablando de un jamón de calidad con un tiempo de curación correcto y que no hay lugar a engaños.
Además, de los datos de producción y de curación, añadimos que para la crianza se limita el número de cerdos que habrá por hectárea, para garantizar el bienestar del animal. Todas estas, como podéis ver, son circunstancias que limitan la producción al por mayor del jamón ibérico.
- El cambio climático: La montanera, el periodo en el cual el cerdo campa a sus anchas por la dehesa, para alimentarse de bellota, se ha visto afectado por la falta de agua que provoca que la bellota no adquiera un tamaño suficiente y se caiga antes de su fecha de maduración. Esta falta de lluvia es, además, la causante de que haya poca producción de pasto, necesario para lograr un equilibrio entre grasa y músculo en el animal.
- Plagas: A las dificultades enumeradas anteriormente, sumamos otra surgidas en los últimos años conocida como plaga de la seca, a través de la cual, los árboles que forma parte de de la dehesa, las encinas y alcornoques son víctimas del Phytophtora cinnamomi, que ataca las raíces, y ahoga al árbol, dejando inútil, además, el subsuelo.
Las condiciones para la producción no son fáciles, y mientras, la demanda continúa creciendo, turistas de Francia, Inglaterra o Alemania, ya son consumidores habituales de este producto. Sin olvidarnos de China, aunque sus principales peticiones se centren en el cerdo blanco.
En definitiva, el jamón ibérico es un producto de difícil elaboración y, además, muy valorado en el mercado, de ahí, la subida en su cotización de precios.
Pero no tienes nada que temer, aunque los precios suban, nunca nos quedaremos sin nuestra amplia variedad de jamón ibérico.
¡Nos vemos en el próximo post!