Es su posición habitual, así los habrás vistos en la mayoría de establecimientos e incluso en bares y restaurantes. Pero, ¿existe alguna razón para que se cuelguen los jamones? Si, y hoy, te la contamos.

Como ya sabrás, para que un jamón se conserve en buenas condiciones, debe estar en un lugar seco, a ser posible sin luz directa, y bien ventilado. Esto es porque durante el proceso de secado y maduración, la pieza indudablemente irá sudando de forma paulatina su grasa, y esta posición facilita que la misma resbale de manera uniforme por toda su superficie hasta llegar a la punta, donde se colocará la chorrera (recipiente de plástico que vemos colocado en la mayoría de los jamones y cuya función es la de recoger la grasa exudada).

Éste es el sistema que se lleva usando desde los tiempos antiguos, en los que entre España y Portugal convivían moriscos, judíos y cristianos. Y es que el jamon ibérico, es un manjar con mucha solera. Se dice que, en la época de la Reconquista Cristiana, se convirtió en una seña de identidad, ya que el hecho de colgar una pata de jamón en la puerta de tu casa, era un distintivo que aseguraba que en esa casa se consumía cerdo, y, por tanto, pertenecía a un cristiano.

Esta costumbre, se ha mantenido hasta nuestros días, aunque ya obviamente, sin connotación religiosas. En nuestra cultura, es de lo más habitual ver jamones colgados, por una razón, como hemos mencionado anteriormente, puramente práctica. 

Eso sí, deberás conservarlo en vertical, siempre y cuando, no lo hayas empezado, en cambio, para lonchearlo será más fácil posicionarlo sobre un jamonero en horizontal, te será mucho más fácil cortar sus lonchas en esta posición.

Ya sabes el porqué de colocar el jamón en esta posición. ¡Hasta el próximo post!