Las diferentes etapas del Tour de Francia exponen el cuerpo del ciclista a un enorme esfuerzo. Por lo tanto, la nutrición apropiada juega un papel muy importante para que el organismo lo pueda llevar sin gran prejuicio y le permita recuperarse rápidamente.
El desgaste de las reservas almacenadas en una etapa de montaña se hace evidente cuando se compara el consumo medio de calorías entre una etapa en terreno plano y la de montaña. En el plano el corredor consume un promedio 6.000 kcal, en una etapa de montaña, alcanza 8000 kcal y más de lo que puede quemar su cuerpo.
¿Por qué? En el terreno plano los ciclistas participan todos juntos en un recorrido más rápido, se encuentran protegidos por el pelotón y de esta manera gastan menos energía. En las montañas necesitan, por el contrario, más energía durante un período más largo. Por lo tanto, el consumo de calorías puede aumentar rápidamente.
Nos preguntamos: ¿Cómo se alimentan estos ciclistas para disponer de la energía necesaria durante 3 semanas que dura el Tour de Francia?
Cuando se trata de prepararse para una nueva etapa, deben llenar el estómago convenientemente desde por la mañana. Por lo tanto, la primera comida es la más importante del día.
Unas tres horas antes del inicio de cada etapa comienza la gran comilona. Para el desayuno se sirve como entremeses: pan, queso, jamón, mermelada, miel, cereales, müesli, copos de avena, tortas, gofres, yogur y fruta. A continuación, viene el menú principal con patatas, pasta, arroz y tortillas. Cuanto mejor sea el cocinero y sepa poner arte a la hora de trabajar con todos los alimentos, más apetecible resultará esta barra libre.
Justo antes de comenzar los corredores engullen barritas energéticas. Durante la carrera, hay todavía dos comidas adicionales con la porción de paté, barritas energéticas o galletas. Cuando el calor aprieta, los ciclistas suelen gastar hasta 20 Bidones de líquidos. Cada hora deberían suministrarse aproximadamente 60 g de carbohidratos con el líquido suficiente (07L-2L). Si el ciclista tiene hambre o sed, ya resulta peligroso.
En la final siempre pueden recurrir a una lata de Coca-Cola. La mezcla de cafeína y azúcar es como una carga instantánea de energía que desaparece con rapidez.
Ya en la meta, se les ofrecen las bebidas de recuperación con alto contenido de proteínas y hidratos de carbono.
De vuelta al hotel, antes de someterse a los masajes meriendan de nuevo más müesli, plátanos y cereales.
Por la noche, cuando los ciclistas finalmente pueden relajarse viene la recompensa real después de un día largo y agotador en la forma de la cena. Se les sirve una comida de cuatro platos con pasta, patatas, pequeñas cantidades de carne; habitualmente pollo o incluso pescado con bastantes verduras, es decir todo lo que contiene principalmente hidratos de carbono.
Y antes de apagar las luces pueden sucumbir al pecado: el chocolate. ¡Que bueno!